Un huerto científico

 

Uno de los grandes logros de la humanidad ha sido la agricultura. Con una población mundial en crecimiento constante, se ha hecho necesario el uso de fertilizantes y de insecticidas, para intentar conseguir la mejor producción de alimentos posible.

El uso de fertilizantes e insecticidas tiene pros y contras, ya que no todos son respetuosos con el medio ambiente. La pregunta que nos hicimos fue: ¿qué tan buenos son los fertilizantes e insecticidas ecológicos en la producción de alimentos?

Siguiendo el método científico, decidimos diseñar un experimento en el huerto del colegio para medir la efectividad de algunos métodos ecológicos. Preparamos un cultivo de brócolis donde sólo regaríamos, el llamado huerto de control. Después hicimos otro cultivo de brócolis donde emplear estos fertilizantes e insecticidas naturales, al que llamamos huerto de experimentación.

Nuestra hipótesis era que el huerto tratado debía producir una cosecha más abundante que el no tratado. Pesando las cosechas, averiguaríamos cuánto más.

Sembramos plantones en ambos huertos. Primero en el huerto de experimentación, que era más grande, y, dos semanas más tarde, en el huerto de control.

Entre el sembrado y la cosecha, nos organizamos para visitar el huerto dos veces en semana, en el recreo. En ese tiempo, preparábamos lo que necesitábamos y supervisábamos el crecimiento de las plantas.  

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